Hay quienes piensan que llevar una vida saludable es sinónimo de sacrificio, esfuerzo y restricciones; sin embargo, esto no es del todo cierto, porque lo que en realidad se necesita, es mente positiva y muchas ganas de sentirse bien consigo mismo. Una vez que se empieza a cambiar, el cuerpo y la cotidianidad en general, se verán beneficiados. Las enfermedades como la obesidad o el sobrepeso no serán un problema, además mejorará el estado de ánimo y la actitud. Si ya te sientes preparado para hacer cambios en tu vida, presta mucha atención a los siguientes tips:
1. Revisión. Es importante que desde el primer momento, analices qué es lo que estás haciendo, y qué quieres cambiar. Y para logarlo, debes revisar tus hábitos o costumbres; si fumas, o ingieres alcohol con frecuencia, y si comes alimentos que no son saludables. Debes ser sincero contigo mismo, y comprometerte con el proceso de cambio e inicio de una vida saludable.
2. Limpieza. Toda transformación, todo cambio, amerita un sacrificio; entonces, una vez que hayas identificado aquello que te hace daño, tienes que proceder a pensar de forma más inteligente. Y será en ese preciso momento, en el que debes hacer una limpieza de todo lo que consideres una tentación o distracción, que te hará recaer en tu intento de ser más saludable.
3. Nutrición. Es importante que, a la hora de hacer mercado, elijas los productos naturales y dejes de lado los procesados. Las frutas, verduras, proteínas animales magras, y carbohidratos ricos en fibra, como la avena, el arroz integral y la batata, son excelentes para empezar a comer sano. Olvida todo lo que se considere “comida chatarra”.
4. Lento, pero seguro. Los cambios no se dan de la noche a la mañana, deben ser progresivos y a su tiempo. Es recomendable que hagas una lista de los nuevos hábitos que adoptarás, una vez los tengas claros, con calma puedes ir incorporándolos a tu rutina. Por ejemplo, esta semana, tu hábito será tomar más agua y comer menos dulces; en la siguiente, puede ser una hora de ejercicios, y consumir más frutas.
5. Toma más agua. El organismo está compuesto en su mayoría por ella, un 75% de los músculos es agua; por esta razón, es muy importante que trates en lo posible de consumirla a diario, para mantener un estado de salud óptimo. Al menos dos litros de agua al día, te mantendrán hidratado y lleno de energía, además de que estarás facilitando el proceso de eliminación de toxinas.
6. Que tu plato tenga mucho color. Ya sabes que debes consumir muchas frutas y verduras. Algunas personas tienden a aburrirse de comer lo mismo todos los días, y más cuando el menú se torna repetitivo. Lo recomendable es que varíes la forma en la que sirves los alimentos, mientras más color y variedad tenga el plato, más saludable será y, por supuesto, más apetitoso.
7. Procura comer en menor cantidad. Hacer seis comidas diarias es ideal, te mantendrá lleno y tu metabolismo se acelerará. Desayuna, merienda, almuerza, merienda, cena, merienda. Sin embargo, no todos los cuerpos ni los metabolismos son iguales, lo ideal es que visites al médico para recibir indicaciones de qué puedes hacer, qué alimentos debes ingerir, y cuándo sería propicio consumirlos.
8. Haz ejercicio y descansa. Con una hora diaria de ejercicio, estarás beneficiando tu salud, así como también al corazón. Los ejercicios cardiovasculares son ideales para comenzar, no son de alto impacto, por lo que sería fácil acostumbrarse a ellos. Es igualmente importante, que te dediques a descansar, el estrés es la enfermedad del siglo XXI, por lo que reposar y desconectarte del mundo, es vital para recuperarte.
9. Constancia. Una vez que te hayas decidido a cambiar tu estilo de vida por uno más saludable, debes caer en cuenta que comenzar y mantenerte, requiere de mucha disciplina y paciencia. No te desesperes, ve poco a poco, y es muy probable que al final lo logres.