A veces nos imaginamos como sería nuestra vida si tuviéramos una mejor posición económica, quien haya dicho que el dinero no compra la felicidad sin duda fue alguien que lo tuvo todo pero se mantenía vacío. Para las personas de recursos más bajos si que les hace falta un poco más de dinero, tan solo lo necesario para mantener una estabilidad, para mantener a su familia y que no falte un plato de comida.
Entonces se puede pensar que el dinero es un complemento para alcanzar la felicidad porque reduce el estrés y da libre acceso a productos y servicios. De hecho, un estudio realizado en el año 2010 por el psicólogo Daniel Kahneman y el economista Angus Deaton arrojaban que la felicidad se acrecentaba mientras más dinero se ganaba.
Aristóteles señalaba que a la felicidad se le atribuyen significados de prosperidad, riqueza, buena fortuna, vivir bien y florecer, al tiempo que señalaba que la forma de felicidad más plena era estar bien consigo mismo aunque no exista lo material.
En conclusión se podría decir que el dinero es un vehículo para hacer realidad los proyectos y metas, esas que una vez se consiguen nos regalan un momento de felicidad por lo que es necesario y si logra alcanzar un nivel de la felicidad. Matthew Killingsworth, estudiante de doctorado en psicología de la Universidad de Harvard decía qué, "si tenemos un ingreso decente y seguimos sintiéndonos miserables, la fuente de esa miseria probablemente no sea algo que el dinero pueda arreglar”.
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