La persona mitómana es adicta a mentir, está siempre buscando cómo lograr que los demás hagan su voluntad bajo engaños.
Esto, según los expertos en psicología, es un trastorno del comportamiento humano que lleva a que la persona diga mentiras de forma compulsiva, pues lo que busca es transformar la realidad.
Incluso, esta persona es capaz de imitar otras personas de su entorno, inventa experiencias y escenarios, porque no le gusta su realidad.
¿Qué hace a una persona mitómana?
Tal y como indicamos, el mitómano se caracteriza por un patrón de mentiras patológicas frecuentes y compulsivas que pueden variar de un individuo a otro.
Expertos indican que las causas de este comportamiento son complejas, sin embargo, un punto en común es la necesidad de recibir atención y admiración de los demás.
En tal sentido, se cree que el mitómano tiene pensamientos recurrentes sobre mentir, los cuales pueden ser invasivos y persistentes; e incluso, pueden dificultar la concentración en las tareas cotidianas. Además, esta forma de ser perjudica la interacción social con su entorno más cercano.
Por otra parte, la persona puede usar las mentiras como una vía de escape, como un refugio frente a su realidad, por insatisfacción o porque sufre un trastorno de personalidad.
Identifícalos
Si deseas conocer si estás conviviendo con una persona mitómana, te compartimos algunas señales que puedes identificar:
- Presume constantemente de sus capacidades para demostrar superioridad.
- Se presenta siempre como ganador y se las ingenia para nunca quedar en evidencia.
- Aparenta una vida perfecta.
- Se esfuerza por mostrar una realidad distinta a la suya porque cree que su realidad es mediocre y carece de interés.
- No es empático con su entorno.
- Rehúye de la culpa.
- Es egocéntrico y egoísta.
- Cree ser superior a los demás.
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