El karma, es una energía trascendente, que se deriva dependiendo de los actos de las personas y con las acciones realizadas en vidas pasadas.
En oportunidades el karma es la excusa perfecta para echarle la culpa a algo de errores, fracasos o decepciones que se han vivido en esta vida. Una manera para sentirse mejor consigo mismo.
El karma tiene que ver con el yo interno del alma, con los sentimientos mezclados con la razón que, en algunos casos, no funcionan como todos quieren o esperan.
Hay que cambiar lo negativo en la vida, para que haya una actitud positiva que ayude a la persona a evolucionar. Esta transformación se reflejará tanto con la familia como en el entorno. Los pensamientos negativos, retrasan a la evolución personal.
Después de reaccionar por los problemas de la cotidianidad, se descubre un amplio movimiento universal, en el que cada persona entiende que si vive con maldad, los resultados no serán nada buenos. De allí viene la ley de causa y efecto, y se refiere a que todas las acciones tienen consecuencias.
Se puede cambiar el karma, sí, fortaleciendo la paciencia, el pensamiento, la alegría, y sobre todo el positivismo. Lo ideal es vivir bajo esas virtudes, y de este modo conseguir la paz, hacer el bien y, aunque sea difícil, intentar ser lo más positivo posible. Si haces esto, ayudarás a que tu karma y el de otras personas cambie.
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