Los ataques epilépticos en los perros pueden ser impactantes y preocupantes, pero saber cómo reaccionar de manera adecuada puede marcar la diferencia. A continuación, te presentamos algunos consejos para manejar esta situación.
Mantén la calma
Tu perro está en un momento vulnerable, y aunque presenciar un ataque epiléptico puede ser aterrador, es importante mantener la calma. Los perros pueden sentir el estrés de sus dueños, y tu tranquilidad ayudará a crear un ambiente más seguro. Respira profundamente y actúa con serenidad.
Aleja los objetos peligrosos
Durante un ataque, el perro no tiene control sobre sus movimientos y podría lastimarse si está cerca de objetos que puedan caer o que representen un peligro, como muebles con esquinas puntiagudas o artículos frágiles. Asegúrate de despejar el área alrededor de tu mascota para evitar lesiones.
No intentes sujetarlo
Evita intentar sujetar a tu perro o meterle algo en la boca. A diferencia de los humanos, los perros no corren el riesgo de tragarse la lengua durante un ataque. Interferir podría causarle lesiones a él o a ti. Simplemente observa desde una distancia segura.
Controla el tiempo
Es fundamental cronometrar el ataque epiléptico. La mayoría de las convulsiones duran de 1 a 3 minutos. Si el ataque supera los 5 minutos, puede ser una emergencia médica y deberías contactar de inmediato a un veterinario. Anotar la duración y las características del ataque también será útil para futuras consultas.
Consulta al veterinario
Después de que el ataque termine, permite que tu perro se recupere en un ambiente tranquilo. Es posible que esté desorientado o aturdido durante un tiempo. Luego, contacta a tu veterinario para informar del incidente y discutir el tratamiento adecuado para prevenir futuros episodios.
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