Los arándanos son una de las frutas más beneficiosas para la salud renal. Su alto contenido de antioxidantes, vitaminas y compuestos bioactivos ayuda a prevenir infecciones del tracto urinario (ITU) y protege los riñones de diversas enfermedades.
Uno de los principales beneficios de los arándanos es su capacidad para prevenir infecciones urinarias, especialmente en mujeres y personas propensas a estas afecciones. Contienen proantocianidinas, compuestos que impiden que las bacterias, como Escherichia coli, se adhieran a las paredes del tracto urinario. Esto dificulta la proliferación bacteriana y reduce el riesgo de infección.
Consumir jugo de arándano sin azúcar o incluir arándanos frescos en la dieta de manera regular puede ser una estrategia efectiva para reducir la recurrencia de estas infecciones.
Protección contra enfermedades renales
Los arándanos también benefician la función renal gracias a su poder antioxidante y antiinflamatorio. Los radicales libres y la inflamación crónica pueden dañar los riñones y contribuir al desarrollo de enfermedades como la insuficiencia renal crónica. Los antioxidantes presentes en los arándanos ayudan a combatir estos efectos negativos, protegiendo las células renales.
Además, su bajo contenido en sodio y potasio los hace adecuados para personas con enfermedad renal, siempre bajo supervisión médica.
¿Cómo consumirlo?
Para aprovechar al máximo los beneficios de los arándanos en la salud renal, se recomienda consumirlos frescos o congelados, ya sea agregarlos a batidos, ensaladas o yogures. Si lo prefieres en jugo, lo importante de beberlo sin azúcar ni conservantes.
De igual modo, se pueden consumir cápsulas o extractos de arándano, que serán los suplementos ideales debido a su alta concentración de compuestos activos. Por último, pero no menos importante, está beberlo en forma de infusión, preparada con arándanos secos o en polvo.
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