El Laboratorio Nacional de Oak Ridge (ORNL, por sus siglas en inglés) ha realizado estudios sobre el impacto del uso del aire acondicionado en el consumo de combustible de los vehículos. Según sus investigaciones, el aire acondicionado puede reducir significativamente la eficiencia del combustible, especialmente en condiciones de tráfico urbano y a bajas velocidades.
Cuando se activa el aire acondicionado, el motor del vehículo debe trabajar más para alimentar el compresor, lo que aumenta el consumo de gasolina. ORNL estima que el uso del aire acondicionado puede reducir la eficiencia del combustible entre un 5 % y un 25 %, dependiendo de factores como la temperatura exterior, la velocidad del vehículo y la eficiencia del sistema de climatización. Este impacto es más notable en vehículos más pequeños y en aquellos con motores menos potentes.

Por otro lado, conducir con las ventanas abiertas para evitar el uso del aire acondicionado también puede afectar la eficiencia del combustible, especialmente a altas velocidades. ORNL señala que, cuando un vehículo circula a velocidades superiores a 80 km/h, la resistencia aerodinámica causada por las ventanas abiertas puede generar un aumento en el consumo de gasolina. Sin embargo, este efecto suele ser menos significativo que el impacto del aire acondicionado en el tráfico urbano.
Para optimizar el consumo de combustible, ORNL recomienda un enfoque equilibrado. A bajas velocidades, en ciudad o en tráfico denso, es preferible bajar las ventanas en lugar de usar el aire acondicionado. En carretera, a velocidades más altas, cerrar las ventanas y utilizar el aire acondicionado de manera moderada puede ser más eficiente. Además, se sugiere estacionar en la sombra, utilizar parasoles y ventilar el automóvil antes de encender el aire acondicionado para reducir la carga sobre el sistema de climatización.
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