Secar la ropa al aire libre puede ser una opción económica y ecológica, pero no es adecuada para todos los textiles. Aquí te explicamos por qué algunos materiales pueden sufrir daños cuando se secan al sol o al aire libre.
Seda
Este es un material delicado que puede decolorarse y debilitarse con la exposición directa al sol. Los rayos UV afectan las fibras naturales de esta tela, lo que puede resultar en un desgaste prematuro y en la pérdida de su característico brillo. Es mejor secarla en interiores, en un lugar sombreado y bien ventilado.
Lana
Es sensible al calor y a la humedad. Secarla al aire libre bajo el sol puede hacer que las fibras se encogan o se deformen. Además, la humedad excesiva del ambiente puede prolongar el tiempo de secado y generar malos olores. Lo ideal es secarla en una superficie plana en interiores para mantener su forma.
Ropa de colores oscuros
Aunque no se trate de un material específico, la ropa oscura (de algodón, poliéster o mezclas) tiende a desvanecerse si se expone al sol directo. Los rayos UV deterioran los tintes, causando que los colores pierdan intensidad. Secar estas prendas a la sombra preserva su tonalidad original.
Tejidos elásticos (lycra y spandex)
Las prendas con fibras elásticas, como ropa deportiva o trajes de baño, pierden elasticidad y resistencia cuando se exponen al calor y a los rayos UV. Esto puede provocar que se desgasten rápidamente o pierdan su forma. Es mejor secarlas en un lugar fresco y alejado de la luz solar directa.
Prendas con detalles delicados
Ropa con bordados, lentejuelas o encajes puede dañarse al secarse al aire libre. El sol y el viento pueden debilitar los adornos, y la exposición prolongada podría deformarlos o decolorarlos. Lo ideal es secarlas en interiores para proteger su diseño y acabados.
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