La congelación de óvulos es una técnica de preservación de la fertilidad que permite a las mujeres posponer la maternidad o preservar su capacidad reproductiva ante ciertos desafíos médicos o personales. Aunque es una opción viable para muchas, no todas las mujeres son candidatas ideales para este procedimiento.
Mujeres candidatas
Jóvenes que desean preservar su fertilidad: lo ideal es congelar los óvulos antes de los 35 años, ya que la calidad y cantidad de los mismos disminuye con la edad. Aun así, algunas mujeres mayores de 35 pueden beneficiarse, dependiendo de su reserva ovárica.
Con tratamientos médicos: pacientes con tratamientos médicos que afectan su perfilidad, como cáncer u otras enfermedades que requieren quimioterapia, radioterapia o cirugías que puedan dañar los ovarios son candidatas ideales.
Antecedentes de menopausia temprana: si existe una predisposición genética, preservar óvulos puede garantizar opciones futuras.
Posponen la maternidad: congelar óvulos puede ser una alternativa para quienes desean formar una familia en el futuro, ya sea por razones personales o profesionales
Féminas no elegibles
Baja reserva ovárica avanzada: esto puede detectarse mediante pruebas como el conteo de folículos antrales o los niveles de hormona antimülleriana.
Problemas médicos graves no controlados: tener problemas médicos graves no controlados o condiciones como enfermedades cardíacas o metabólicas descontroladas pueden hacer que el procedimiento sea riesgoso.
Mayores de 40 años: aunque no es una regla estricta, la calidad de los óvulos disminuye drásticamente después de esta edad, lo que reduce la posibilidad de éxito.
Tener contraindicaciones para tratamientos hormonales: la estimulación ovárica utilizada para la recolección de óvulos puede estar contraindicada en ciertos casos médicos.
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