La envidia es una emoción, sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles. Según la Inteligencia Artificial, también puede definirse como un sentimiento de tristeza o malestar por el éxito de los demás.
Este sentimiento puede hacerse presente tanto en hombres como en mujeres de distintas edades y sin importar su raza, credo o condición social, y puede originarse a causa de una baja autoestima o inseguridad, y que puede afectar la calidad de vida de la persona.
¿Por qué se presenta la envidia?
Puede surgir por escasez de cosas materiales, por liderazgo en algunas posiciones labores y en el caso de mujeres y hombres por la belleza; aunque por este factor es más frecuente en las mujeres que suelen envidiar a las bonitas, delgadas, elegantes, ricas y famosas.
Este sentimiento hace parte de uno de los pecados capitales; por ello es un sentimiento negativo; que suele reducir a quien envidia, en una persona hostil, amargada y frustrada.
El que es envidioso no hace su sentimiento evidente, lo oculta de mil maneras; es hipócrita, adulador y oportunista. En conclusión, la envidia es una clara declaración de inferioridad, es un sentimiento tan bajo que con frecuencia hace que la persona que envidia, se afecte tanto que su actitud, sus sentimientos y su forma de pensar lo enfermen y hasta lo envejezcan.
Efectos
Expertos señalan que no es cierto que exista la llamada “envidia sana”, esto a final de cuenta, es envidia, con el mismo rencor de siempre y la misma mala actitud; así le coloques la etiqueta que quieras. Este es un sentimiento negativo que hace parte de la baja autoestima que tiene la persona de sí misma, y sus propias inseguridades. Por tanto, sus efectos pueden ser devastadores para aquel que los sufra, tanto en el terreno mental como en el físico.
Las personas envidiosas suelen recurrir a muchas mañas para lograr lo que otros tienen: amor, hijos, familia, carro, casa, entre otras cosas; y esa manera de actuar, ese sentimiento negativo es dañino para quien lo vive y puede causar además de resentimiento, ira, dolor, mal genio y frustración:
- Enfermedades.
- Depresión.
- Actitudes agresivas físicas y verbales.
- Infelicidad.
Todo ello se traduce en vivir amargado, con el ceño fruncido, y en consecuencia aparecen las líneas de expresión y las arrugas. Además, sus efectos terminan por desencadenar enfermedades, dolencias y afecciones físicas que terminan por deteriorar la calidad de vida de la persona.
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